Los problemas de pareja son un motivo de consulta frecuente.
No hay un único modelo de pareja que sirva a todas por igual. Hay personas que anhelan una pareja para toda la vida. Otras prefieren no comprometerse. Algunas personas están mejor sin pareja o se encuentran cómodas con varios amantes. En cambio hay quienes prefieren vivir con alguien y quienes están mejor separadas. No existe una forma o una fórmula que sirva para todas, sino múltiples y distintos modelos de amor.
Estos modelos tendrÃan que surgir de la interacción entre los propios anhelos de amar y ser amadas, del deseo de procurarnos estabilidad afectiva, de sentirnos vinculadas, del cuidado del otro y de nosotras mismas, etc. Y nada de esto se consigue sin un trabajo sobre las propias expectativas en relación con el amor.
Cuestiones que surgen de lo planteado:
¿Qué tipo de relación nos procuramos?
¿Son relaciones que nos enriquecen o que, por el contrario, nos restan?
¿Hay amor?
¿Nos mostramos como realmente somos y dejamos que el otro sea exactamente como es, o intentamos cambiarlo?
¿Respetamos al otro en su alteridad?
¿Lo idealizamos y lo amamos sólo por eso?
¿Por qué escogemos a una determinada persona y no a otra?
PodrÃamos añadir preguntas. Pero lo esencial es qué actitud adoptamos ante lo que escogemos. Responder a esto último suele pasar por un cuestionamiento de los viejos modelos heredados de la familia, la educación y la cultura.