En ocasiones podemos resolver los problemas por nosotros mismos. En otras ocasiones necesitaremos ayuda, y como en la viñeta, para algunos es más fácil seguir sufriendo y quejarse que realizar algún cambio, puesto que la queja impide la acción. Hay que querer cambiar para afirmar que no lo pudiste lograr.
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Posibles etapas de un duelo:
1. Negación-Aislamiento: «no es posible, no puede ser verdad».
2. Enfado, ira y rabia: ¿por qué me has hecho esto? ¡Te odio!
3. Negociación: ¿qué habría pasado si…?
4. Tristeza, agotamiento: «lo echo tanto de menos…», «no puedo más…».
5. Aceptación y serenidad: «me doy cuenta de que puedo vivir sin…».
6. Aprendizaje: «sucedió… ahora toca continuar con mi vida…». «Empiezo a pensar en mí mismo y a dirigir mis pensamientos en lo que he aprendido y lo que quiero hacer a partir de ahora».
«¿Qué representa la posesión de un hermoso apartamento?
¿Qué hay de doloroso y humillante en vivir en una vivienda pequeña?
¿Por qué es tan terrible la falta de dinero?
¿Es verdaderamente tan importante para mí?...
Observemos cada deseo. Examinemos por lo que hemos luchado tanto y que cuando lo hemos conseguido, no nos ha proporcionado otra cosa que dificultades y decepciones.
¿Vamos a seguir indefinidamente con la nariz pegada en el escaparate de la tienda de juguetes, como los niños?»
Fragmento del libro: La meditación, Arnaud Desjardins
Nos preguntamos: ¿Somos capaces de realizar aquello que el orden justo, el tiempo necesario y el buen sentido nos permitan llevarlo a cabo?
Nuestro gran reto es estar aquí, observar y admirar lo que nos rodea, sin la pretensión de querer arreglar el mundo o abarcar grandes retos, que conllevan un esfuerzo titánico e innecesario.
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